A veces el bosque intenta amedrentarme por encima de la cabeza, y otras veces bajo mis pies. Exhala su hálito helado en mi nuca. Me clava mil ojos en la piel. Trata, de diversas maneras, de expulsar al intruso. Pero yo he ido aprendiendo a sobrellevar sus amenazas. ¿Acaso no es este bosque, en definitiva, una parte de mi? A partir de cierto punto he empezado a verlo de este modo. Estoy efectuando un recorrido dentro de mi, igual que la sangre a través de las venas. Lo que estoy viendo es mi propio interior, lo que parecen amenazas no son mas que ecos del terror que anida en mi corazón. Las telarañas que se extienden en el bosque son las telarañas tendidas en mi corazón, los pájaros que gritan sobre mi cabeza son los pájaros que yo he criado. Esta imágen nace dentro de mi y va echando raíces.
Sigo avanzando, empujado, por detrás, por el latido de un corazón gigantesco. El camino me conduce a un lugar especial dentro de mi corazón. La fuente luminosa que hila la oscuridad, la génesis de los ecos mudos. Quiero ver con mis propios ojos que hay allí. Soy mi propio emisario, custodio una importante carta personal, lacrada y sellada, que va dirigida a mi mismo.
Haruki Murakami- Kafka en la orilla
Krautrock en Pez en el Hielo
Hace 3 días
0 comentarios:
Publicar un comentario